lunes, 19 de abril de 2010

Vuelta

Sentí ser
dividido en dos,
pude ver los cerros a un lado
y la luz sola contra la pared blanca.

En la otra parte,
se vertieron dos ríos profundos.
Uno de grandes saltos
y uno de dormido parecer,
sobre los planos.

De entre las dos,
brote con cierto sentido
de falsa promesa,
de poder creerme visto.

Broto ademas, una visión
terrible,
una supuesta deidad del placer
y todas las demás palabras
que saben su sitio en el Hades.

Soñé mientras lavaba mis manos
en el flujo constante de mi silencio.

Hubieron dos a la vez,
aun siendo uno.

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