Deja que el trópico
te palpe la frente.
Deja que tus manos
besen el sol.
Acuéstate en la arena
y déjala ocuparte,
deja que el abo
te haga mujer.
Déjate amar
por el viento
del monte,
que te desnuda
y susurra la verdad.
La voz de los ausubos
te quieren amar.
Cuando duermas,
te iré a buscar.
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