Es como acender al templo del tiempo,
a tu forma impropia,
caminar la mitad de tu figura
y palpitar la otra.
Vigilar tu frente guarnecida
en contra de piratas,
tormentas y costas.
Porque hoy,
todo es hoy.
Hoy hemos de quemarnos,
la sed y yo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario