miércoles, 6 de mayo de 2009

la gracia del saber

Tanto tiempo de ojos secos,
las manos frías y sol voraz,
la lluvia deja un sabor amargo
de ser saber y no exactamente.

Mas bien se piensa al vuelo,
creemos todo siendo pequeños,
siendo pequeños ante la luz,
que siempre brilla para vos.

Dame la voz para sentir la paz.
Siente el calor de mis partes,
dame tu fuego, pero no tu lento,
frió y difícil llanto de morir.

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